Ciencia y acción: Altamira

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Altamira poster

Altamira (Hugh Hudson, 2016)

Marcelino Sanz de Sautuola (Antonio Banderas) es un cántabro apasionado por las Ciencias Naturales que gracias a su posición de acaudalado rentista puede permitirse dedicar tiempo y recursos a estudiar e investigar. En 1879 descubre en una cueva, junto a su hija María (Allegra Allen), unas pinturas rupestres que data en el período paleolítico. Al ser las primeras representaciones artísticas de su categoría en ser conocidas, chocará de pleno con los esquemas establecidos y Sautuola recibirá el desprecio de buena parte de la comunidad científica de la época con el arqueólogo francés Émile Cartailhac a la cabeza. Entonces no se consideraba que en el periodo Paleolítico (que abarca desde hace unos 2,5 millones de años en el continente africano hasta hace 10.000 años) los antecesores de la humanidad tuviesen la suficiente inteligencia para una manifestación artística como la que presentan las cuevas de Altamira.

A nivel local Sautuola también encontrará resistencia a su descubrimiento, tanto pot parte de la comunidad eclesiástica como por parte de científicos locales, como el escritor e historiador Ángel de los Ríos, que situaba las pinturas en la época romana y pensaba Sautuola era un fraude.

Solo cuando se descubrieron pinturas similares en otras cuevas, precisamente en Francia, se aceptaron las investigaciones de Sautuola, que publicó (con financiación propia) en 1880 bajo el título Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la Provincia de Santander.

Fue el abad y prehistoriador francés Henri Breuil quien en 1900 visitó las pinturas de la Cueva de La Mouthe y quien en 1901 descubrió las cuevas de Font de Gaume y des Combarelles. Tras presentar sus estudios en 1902 varios científicos visitaron las cuevas y se dieron cuenta del error cometido en Altamira, entre ellos, Émile Cartailhac, que ese mismo año emitió una disculpa pública a Marcelino Sanz de Sautuola.

En la actualidad, gracias a nuevos métodos basados en el Uranio, tal como se ha publicado en 2013, se sabe que en la cueva de Altamira vivieron grupos de cazadores recolectores entre hace 36.000 y 15.200 años, es decir, las pinturas son incluso más antiguas de lo que Sautuola diagnosticó en un principio.

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