Desde que H.G. Wells publicase en 1898 la novela La guerra de los mundos, los marcianos no habían sido nunca tan famosos como ahora. Aunque desde que se posaron los primeros dispositivos humanos en Marte en el año 1976 ha habido muchas misiones para estudiar el planeta tanto desde su superficie como desde su cielo, es a partir del amartizaje de Curiosity cuando la búsqueda de vida marciana alcanza una mayor popularidad.

Cada vez sabemos más de Marte y ya comienzan a darse una fecha aproximada para que un humano llegue hasta allí. Desde la pareja que quiere enviar el millonario aficionado al espacio Dennis Tito en 2018 hasta la previsión de Barack Obama que ronda el año 2030 para enviar misiones tripuladas a Marte, pasando por el proyecto Mars One, que planea una expedición sin retorno en 2025 y que retransmitiría la vida de los habitantes de la base terrícola en Marte a modo de reality.

Hace pocos días se publicaban datos enviados por Curiosity según los cuales la radiación de Marte es más baja de lo esperado, con lo cual, aunque no estarían exentos de riesgo de ver incrementado el riesgo de padecer cáncer, los expedicionarios lo tendrían mucho más fácil para asumir dicho riesgo.

Con toda esta información sobre Marte proponemos revisitar, o ver por primera vez quien no lo haya hecho, la película del año 2000 Planeta Rojo. Dirigida por Antony Hoffman y protagonizada, entre otros, por Val Kilmer y Carrie-Anne Moss, narra una expedición a Marte en torno al año 2057. El objetivo del viaje consiste en averiguar las causas de que hayan bajado los niveles de oxígeno que habían generado unas algas modificadas genéticamente enviadas previamente con el objetivo de terraformar Marte ante el aumento imparable de la contaminación en nuestro planeta. El planteamiento del guion es interesante y apunta a unas expectativas que la peculiar misión Mars One dirigida por la comandante Bowman (Carrie-Anne Moss) no cumple en absoluto.

Con sus aciertos y sus fallos (muchos) Planeta Rojo es una buena oportunidad para aprender y divertirse  gracias a su guion disparatado y a su ristra de tópicos, incluido el obligatorio romance de las películas de Hollywood. Manuel Sánchez Angulo, profesor de la Universidad Miguel Hernández y creador de El podcast del microbio nos hemos divertimos doblemente: cuando vimos la película y cuando nos juntamos para destriparla.