Prometheus (Ridley Scott, 2012) Estados Unidos

Una expedición parte de la Tierra hacia su destino, el planeta LV 223, que se encuentra a varios años luz en busca de los orígenes del hombre, a partir de un presunto mapa estelar encontrado de forma reiterada en pinturas rupestres de distintas civilizaciones.

Esta aventura comienza en 2091 gracias a la financiación de una empresa privada llamada Weyland Industries, creada por el científico Peter Weyland, quien se ha hecho millonario gracias al desarrollo de tecnologías tales como la generación de atmósfera artificial, la utilización de placas solares en órbita o la reestabilización sináptica. En este planteamiento de Prometheus (Ridley Scott, 2012), que nace como complemento y precuela (para los más “creyentes”) de la saga Alien, hay un aspecto positivo y otro negativo. Por un lado tenemos a un científico que se ha hecho rico gracias a sus descubrimientos (aspecto que no se enfatiza en ningún momento, sólo sabemos que el dueño de Weyland Industries es inmensamente rico), y por otro, que semejante aventura que, en teoría puede cambiar lo que se conocía de la aparición del hombre, quede bajo la supervisión de una empresa privada, con catastróficas consecuencias (como no podía ser de otra manera, puesto que, de lo contrario, no tendríamos película).

Tras su estreno, las críticas a Prometheus se han sucedido de forma constante, tanto para los que esperaban descifrar en 124 minutos todos los enigmas planteados por el xenomorfo de la saga Alien como para quienes no han podido perdonar los fallos de guión argumentados de una forma más o menos racional teniendo en cuenta que se trata, al fin y al cabo, de una película de bichos en el espacio. Tal como lo fue Alien en su momento.

Aunque a mí (y a muchos más) me hubiese gustado que la película se hubiese centrado en la expedición científica, en el ciclo biológico de los bichos que tan buenos momentos cinematográficos han dado y en un buen debate sobre qué es o no ético en el desarrollo de la actividad científica, lo cierto es que Prometheus es lo que es, para bien y para mal, y por ello quienes tenían demasiadas expectativas o esperaban obtener demasiadas respuestas han quedado decepcionados. El material adicional del DVD de la película, que saldrá a la venta el próximo 11 de octubre, tampoco será suficiente, aunque ayudará a calmar la curiosidad la visualización de las escenas eliminadas en el montaje definitivo.

Para destripar la película, tanto en sus aspectos científicos como cinematográficos contamos con la mejor tripulación: Raúl Cornejo (@VivirRodando) , periodista y creador de Vivir Rodando; Pablo Vergel (@paolo2000), creador del blog No en Portland y Roberto Pascual (@Roberto_Pascual), doctor en Bioquímica y Biología Molecular e investigador en empresas de base tecnológica. Lovecraft, el presunto origen del hombre en la Tierra y un ranking de todas las películas de la saga serán sólo algunas de las cuestiones que se tratarán en estos 80 minutos de podcast spoiler.

Guste menos o más, que también tiene sus defensores, Prometheus es puro cine para disfrutarlo cada minuto a poco que el espectador se someta a su influjo a pesar de los fallos registrados y por más que durante toda la película uno se pueda echar las manos a la cabeza pensando en ese futuro tan cercano en el que los principales avances científicos estarán en manos privadas y en el que, por supuesto, nuestro querido país quedará totalmente fuera.