El Amanecer del Planeta de los Simios (Matt Reeves, 2014) es una emocionante historia sobre el enfrentamiento entre distintas culturas y maneras de entender el futuro. También sobre la desgraciadamente cotidiana tensión entre la guerra y la paz. Un grupo de simios con una inteligencia mejorada a causa de un virus se enfrenta a una humanidad diezmada precisamente (o eso parece) por el mismo virus. Ambas especies tienen como objetivo sobrevivir a pesar de los intereses contrapuestos y al miedo y odio al diferente que existe en ciertos individuos de ambos colectivos. Mientras que la anterior El Origen del Planeta de los Simios (Rupert Wyatt, 2011) es donde encontramos el motivo del incremento de la inteligencia simia, en El Amanecer es donde se produce el meollo de la historia de la saga.

Sin embargo, desde un punto de vista científico, los guionistas de la saga de El Planeta de los Simios todavía no se han dado cuenta de que los virus son los verdaderos protagonistas de la historia. En la saga antigua es un astronauta quien accidentalmente trae a la Tierra un virus del espacio exterior que acaba para siempre con los perros y los gatos, ello provoca que sean los simios quienes ocupen su lugar como animales domésticos y a partir de ahí comienza la revolución simia. Es llamativo que en La Rebelión de los Simios (J. Lee Thomson, 1972) se considere como algo rutinario y aparentemente sin relevancia que exista “vida” (ya que estamos hablando de un virus) fuera de nuestro planeta. En el reboot que comenzó en 2011 el protagonista también es un virus, pero en esta ocasión diseñado como terapia contra la enfermedad de Alzheimer, quien dispara la historia: el ALZ-113.

Ricardo Montalbán (Armando) y Roddy McDowall (César) junto al monumento en memoria a perros y gatos en ‘La rebelión de los simios’.

Este virus, salido de los laboratorios de la empresa biotecnológica Gen Sys, tiene como objetivo activar la neurogénesis para ser utilizado, sobre todo, como terapia contra la enfermedad de Alzheimer y que al mismo tiempo incrementa las capacidades intelectuales de los primates en los que se ha probado. En un principio la empresa diseña el virus ALZ-112 (que según se indica pertenecería a la familia de los Retrovirus) el cual, el científico interpretado por James Franco, administra a su padre. Éste mejora, pero al cabo del tiempo (unos años, lo cual no está mal) comienza a desarrollar una respuesta inmunitaria contra el virus y, por tanto, a perder las mejoras en su estado cognitivo. Es en este punto cuando empiezan a desarrollar otro virus que tenga el mismo efecto, pero que escape mejor al sistema inmunitario: el ALZ-113. Sólo dos inconvenientes: se transmite por el aire y, además, es mortal para los humanos (lo cual no habían averiguado cuando empiezan a realizar ensayos con primates y que se deja caer al final de El Origen). Vamos, un desastre que vemos que se desencadena, en buena parte, por la codicia de la empresa, pero que aun así no tiene mucho sentido. Sin embargo, con todos los peros que se quieran poner, creo que es una buena herramienta de guión para esta ficción.

Una vez que ya tenemos el contexto montado para que se desarrolle la historia de El Amanecer, pienso que no es necesario incidir tanto en el tema de la “Gripe Simia”,  y menos en las acciones de marketing. Los virus susceptibles de poder ser utilizados como vectores de terapia génica suelen ser Retrovirus, Adenovirus o Herpesvirus en función de la estrategia terapéutica a seguir. Un virus de la gripe (Influenzavirus) no sería un buen candidato para estas técnicas debido a su alta capacidad de mutación (recordar que las vacunas frente a la gripe deben ser rediseñadas cada año) y a la facilidad de transmisión (aérea y mediante fómites, es decir, el contacto con objetos inanimados cuya superficie contiene restos de fluidos biológicos contaminados).

Por ello, no entiendo que además de haber llamado «Gripe Simia» a la enfermedad que diezma la humanidad se haya utilizado esta circunstancia como elemento promocional en Twitter a través del hashtag #GripeSimia o #AlertaGripeSimia, mediante videojuegos y también a través de varios vídeos que nos dan unas pinceladas sobre lo que ocurrió durante los diez años que transcurren entre El Origen y El Amanecer, incluido el drama sanitario que supuso la epidemia causada, se supone, por el virus ALZ-113 creado en Gen Sys.

Sin embargo, otros vídeos promocionales parecen referirse al virus letal como H7N9, que es el nombre que recibe un virus de gripe aviar que el año pasado activó las alertas de las autoridades sanitarias chinas) e incluso en la película, además de en el mencionado material promocional, se ve una pintada en la pared que representa una gallina con el nombre de otra cepa de gripe aviar: H5N1, más virulenta que la anterior y responsable del brote que hace aproximadamente una década ocasionó el sacrificio de millones de aves. Aunque H5N1 es más patogénica, en principio se la puede considerar menos susceptible que H7N9 a la hora de poder ocasionar una pandemia en el futuro, ya que esta última permite que haya más aves infectadas sin síntomas de la enfermedad, lo cual es más difícil de controlar a nivel sanitario. Volviendo a la película, en mi opinión han hecho una especie de mezcla de virus sin sentido para debilitar a los humanos que despista innecesariamente al público.

A pesar de las incongruencias víricas de la saga la película merece las buenas críticas que en general está recibiendo. Además de poder saber cómo le ha ido la vida a César en esos diez años y cómo se va a producir el choque entre humanos y simios, El Amanecer· se puede disfrutar como experiencia auditiva gracias a la banda sonora de Michael Giacchino y como visual debido al hecho de rodar en exteriores con cámaras 3D y a los avances experimentados por Weta Digital. Con más sensores que se pueden colocar fácilmente mediante velcro en el cuerpo del actor y mejoras en el software que permiten simular mejor las texturas para crear personajes más realistas y aprovechar mejor el trabajo interpretativo de los actores, Weta Digital está abriendo todo un campo que va a ser imprescindible en la industria del cine en un futuro no muy lejano.

Más allá de la historia entre humanos y simios (que en realidad es sobre los primeros) y el gozo audiovisual, como reflejo de la vida y la ciencia, El Amanecer también incluye temas como por ejemplo la dependencia energética, el desarrollo del lenguaje o la mortalidad de las hembras tras el parto que merecen ser objeto de estudio próximamente.