Las entrañas de un museo
cultura, Entradas, Reportajes 28 diciembre, 2015Hace unas semanas tuve la oportunidad de hacer una visita guiada por el sótano del museo arqueológico de mi ciudad. Se trataba de una actividad, realizada para grupos de reducido tamaño, que había que reservar y abonar de forma independiente a la entrada del museo tras el registro de los números de D.N.I. Un guardia de seguridad controlaba nuestros movimientos mientras el guía nos explicaba parte de la historia del museo, cómo se conservan las piezas, cómo realizan su trabajo los investigadores… Los trabajadores del museo nos prohibieron expresamente hacer fotos de cualquier tipo por motivos de seguridad. Por eso tras ver el documental El gran museo no puedo evitar la sorpresa ante este acto de desnudez dirigido por Johannes Holzhausen.
El Museo de Historia de Arte de Viena, inaugurado por Francisco José I de Austria-Hungría en 1891, afronta su renovación. Para ello se replantea su imagen externa e interna, realiza reformas en sus salas y reasigna algunas de sus obras: saca a la luz del ojo público algunas que yacían en los sótanos o condena algunas que hasta entonces gozaban del privilegio del mimo museístico. Una de sus piezas estrella: el salero de Francisco I de Francia realizado por Benvenuto Cellini en el siglo XVI y que acabó en manos de los Habsburgo a través de un regalo recibido por Fernando II de Austria. Robado del museo en 2003 y recuperado tres años después rescatado de una caja de plomo enterrada por el ladrón en un bosque, los rasguños que recibió durante su aventura se conservan por decisión de los restauradores como parte de su historia.
Pero en este museo son tan importantes las piezas como las personas que trabajan en él. Los empleados, con su directora al frente, Sabine Haag, jamás se dirigen a la cámara. Hablan entre sí o con miembros de otras instituciones con las que se relacionan mientras discuten el presupuesto, restauran una pieza, o cuentan las polillas víctimas de las trampas instaladas a tal efecto. A través de estos personajes y su trabajo aprendemos acerca de la complejidad que supone la gestión de un museo y la precisión de los restauradores y conservadores; pero también, de manera muy educada, los piques y tensiones que surgen en ciertos momentos.
Todas las reuniones, reformas de las salas, delicados trabajos de conservación, conducen al 1 de marzo de 2013, momento en que por fin se relanza el museo y casi el único en el que el espectador escucha música propiamente dicha: la banda sonora son los sonidos del museo. Lo que venga después de la fiesta, será otro documental. El gran museo se estrena el 8 de enero.
Leave a comment