La experiencia científica y emocional de Star Wars: El despertar de la Fuerza
cine, Entradas, Opinión, Reportajes 16 diciembre, 2015«Hace muchos años, en una galaxia muy muy lejana…» La historia la saga Star Wars (es decir, La guerra de las galaxias) cuenta la historia de unos hechos que ocurrirían dentro de muchos milenios con respecto a nuestro presente. En ese pasado narrado la ciencia y la tecnología han experimentado avances espectaculares. Hay dos retos tecnológicos que en todas la películas se muestran sobradamente superados: por un lado, la utilización de materiales en las naves espaciales lo suficientemente resistentes para que no se desintegren al establecer contacto con la atmósfera al pretender aterrizar en alguno de los planetas o satélites de la galaxia. Puesto que los humanos pueden respirar, se da por hecho la presencia de oxígeno atmosférico, y, por tanto, una densidad atmosférica suficiente para que una nave que venga del espacio pueda desintegrarse a causa de la fricción con las moléculas de la atmósfera si no se toman las medidas adecuadas. Por otro lado, la posibilidad de realizar viajes superlumínicos, es decir, a una velocidad superior a la de la luz, está al alcance de casi cualquier nave espacial, lo cual, aunque según Einstein nos está vetado, ya hay quien trabaja en ello.
Con el estreno de El despertar de la Fuerza (J. J. Abrams), la historia creada por George Lucas se recupera de un impasse de nada menos que 32 años y por fin el público podrá conocer cuáles son las andanzas de Leia, Luke y Han tras esas celebraciones rodeados de ewoks tras la batalla de Endor que mostraba el episodio VI. En esta continuación de la historia tenemos nuevos personajes que acompañan al clásico trío humano y dúo robótico (R2-D2 y C-3P0), con novedades bastante jugosas.
Por un lado tenemos a BB-8, nuevo droide protagonista, el alter ego de R2-D2, cuyo diseño estructural y funcional introduce mejoras con respecto al clásico asistente de vuelo azul. Con un diseño basado en dos esferas que se mueven entre sí sin que exista contacto físico, es decir, a través de magnetismo, es capaz de moverse con mayor agilidad, puesto que se mueve rodando como si fuese un balón manteniendo encima la esfera menor, que hace la función de “cabeza”.
En el sector humano destacan dos jóvenes, Rey (Daisy Ridley) y Finn (John Boyega). La primera, una superviviente chatarrera solitaria que ansía un reencuentro familiar y el segundo un guardia de asalto que renuncia a su trabajo por cuestiones morales, lo cual es una de las novedades más interesantes de El Despertar de la Fuerza: mostrar la perspectiva de uno de esos soldados obedientes y cosificados caracterizados por su falta de espíritu.
El desarrollo de la historia sigue los esquemas básicos de la primera trilogía (para lo bueno y para lo malo) y la interacción de los personajes clásicos con los nuevos es lo que mantiene el espíritu de la historia que se pretende continuar. Otro de los aciertos es el espíritu “analógico” que ha mantenido J. J. Abrams en el diseño de producción sin los abusos de los efectos digitales que tanto daño han hecho a diferentes trabajos cinematográficos tanto dentro como fuera de la saga Star Wars.
A nivel científico y tecnológico, dentro de todos los temas que aborda la saga, existen dos novedades sobre las cuales merece la pena profundizar. Por un lado, el espectador podrá ver naves abandonadas e inservibles que constituyen el medio de vida principal en el desértico planeta Jakku, el hogar de Rey; y por otro, la obtención de ingentes cantidades de energía a mediante tecnología capaz de captar masa estelar.
George Lucas quería dar el bombazo y por lo que parece lo va a conseguir. Más allá de las cuestiones relacionadas con el producto cinematográfico, Disney, distribuidora de Lucasfilm, ha hecho un espectacular esfuerzo promocional para que el lanzamiento de la continuación de la saga bata todos los records de taquilla e impacto mediático. Sólo el hecho del estreno del episodio VII ya es un acontecimiento planetario por sí mismo.
Interesantes novedades, gran trabajo de producción y fidelidad a la trilogía original constituyen la base para esta experiencia emocional ( y científica) que es, sin duda, El despertar de la Fuerza.
Leave a comment